
EL PERRO
VIRTUAL
DEMOLITION
MOBILE
La progresiva presencia de la imagen en la calle, como nuevo canal publicitario, necesita de
estrategias que den cabida a la emisión de mensajes con un máximo de eficacia. La tradicional
imagen del cartel publicitario empieza a ser desplazada por la imagen en movimiento
incorporada en escaparates y próximamente en marquesinas y paneles publicitarios. El
concepto de vía pública como espacio de conflicto continuado, tan próximo a las teorías afines
a los postulados de la democracia radical, es cierto si lo entendemos como lucha por la
imposición de mensajes, ya políticos, ya comerciales. Hace tiempo que en las democracias
avanzadas, los espacios de poder se asocian con los flujos informativos. El ofrecer una
posibilidad de intervención directa en un canal comunicativo supone también dar cabida a
nuevos discursos, ante la dificultad de inserción de estos en medios altamente controlados,
como puede ser la televisión (recordemos las dificultades de Addbusters y Media Foundation
para emitir sus anuncios subversivos en cadenas generalistas, aún pagando), la vía pública se
nos presenta como un espacio comunicacional abierto. VDM es una nueva tecnología de
emisión de mensajes, un vehículo dotado de un proyector de vídeo que funciona mientras éste
circula por la ciudad. Virtual Demolition Mobile ofrece el espectáculo de la ciudad en llamas, un
espectáculo inocuo en tanto que virtual. Una prolongación lúdica de los temores de la sociedad
urbana
de
nuestro
tiempo.
La imagen de la ciudad como escenario de catástrofe se constituye en la imagen espectacular
de nuestros días. Una experiencia estética de primer orden es ese espectáculo mediático
ofrecido por las cadenas de televisión a todas las salas de estar de nuestros hogares, la
seguridad y el confort con el que se recibe la información contrasta con la catástrofe en sí.
Virtual Demolition Mobile es un producto que busca la mercantilización de la experiencia.
Y aunque, tal y como afirma Ogilvey, surjan voces que se opongan a la “mercantilización de la
pasión”, han de reconocer que la pasión es más segura cuando se recluye en el mercado que
cuando se sublima con la religión o la política y entra en erupción.
La
propuesta
se
desarrollará
en
Madrid
en
3
fases:
1º Comunicación a los ciudadanos de Madrid, solicitándoles su participación vía correo
electrónico, a través del cual pudieron elegir el edificio o monumento de Madrid que querían
someter a una demolición virtual. Esta comunicación completó con una distribución de
publicidad
en
el
lugar
donde
se
ubicó
la
intervención.
2º Comunicación de fecha y hora para las demoliciones virtuales democráticamente elegidas.
3º Demolición virtual.
VIRTUAL
DEMOLITION
MOBILE
La progresiva presencia de la imagen en la calle, como nuevo canal publicitario, necesita de
estrategias que den cabida a la emisión de mensajes con un máximo de eficacia. La tradicional
imagen del cartel publicitario empieza a ser desplazada por la imagen en movimiento
incorporada en escaparates y próximamente en marquesinas y paneles publicitarios. El
concepto de vía pública como espacio de conflicto continuado, tan próximo a las teorías afines
a los postulados de la democracia radical, es cierto si lo entendemos como lucha por la
imposición de mensajes, ya políticos, ya comerciales. Hace tiempo que en las democracias
avanzadas, los espacios de poder se asocian con los flujos informativos. El ofrecer una
posibilidad de intervención directa en un canal comunicativo supone también dar cabida a
nuevos discursos, ante la dificultad de inserción de estos en medios altamente controlados,
como puede ser la televisión (recordemos las dificultades de Addbusters y Media Foundation
para emitir sus anuncios subversivos en cadenas generalistas, aún pagando), la vía pública se
nos presenta como un espacio comunicacional abierto. VDM es una nueva tecnología de
emisión de mensajes, un vehículo dotado de un proyector de vídeo que funciona mientras éste
circula por la ciudad. Virtual Demolition Mobile ofrece el espectáculo de la ciudad en llamas, un
espectáculo inocuo en tanto que virtual. Una prolongación lúdica de los temores de la sociedad
urbana
de
nuestro
tiempo.
La imagen de la ciudad como escenario de catástrofe se constituye en la imagen espectacular
de nuestros días. Una experiencia estética de primer orden es ese espectáculo mediático
ofrecido por las cadenas de televisión a todas las salas de estar de nuestros hogares, la
seguridad y el confort con el que se recibe la información contrasta con la catástrofe en sí.
Virtual Demolition Mobile es un producto que busca la mercantilización de la experiencia.
Y aunque, tal y como afirma Ogilvey, surjan voces que se opongan a la “mercantilización de la
pasión”, han de reconocer que la pasión es más segura cuando se recluye en el mercado que
cuando se sublima con la religión o la política y entra en erupción.
La
propuesta
se
desarrollará
en
Madrid
en
3
fases:
1º Comunicación a los ciudadanos de Madrid, solicitándoles su participación vía correo
electrónico, a través del cual pudieron elegir el edificio o monumento de Madrid que querían
someter a una demolición virtual. Esta comunicación completó con una distribución de
publicidad
en
el
lugar
donde
se
ubicó
la
intervención.
2º Comunicación de fecha y hora para las demoliciones virtuales democráticamente elegidas.
3º Demolición virtual.