Después de otra pieza reduccionista como Paris Hiss, Francisco López publica Cagean Philosophy (1996). En 1997 publica La Selva, que posiblemente sea la obra exclusivamente sonora más conocida.En el libro Book of Music and Nature (2001), en el que aparecía extractada una parte de esta pieza, puede leerse el texto Blind Listening, en el que argumenta que en sus conciertos se recomiende taparse los ojos.En Contra el escenario (2004), traducido recientemente al español, se hace una genealogía de la influencia escenográfica del espectáculo y del predominio del ojo frente al oído, así como de la escucha del espacio en la disposición del oyente.Con estos textos y con Schizophonia, (1997) basado en un término de Murray Schafer al que también se opone discursivamente, podía adivinarse, primero, un particular sentido del humor a la hora de titular sus textos, y segundo, una aproximación a la teoría de Pierre Schaeffer en lo que vino a denominar música concreta absoluta.Con esta preocupación por la disposición del espectador y la meticulosa teorización e historización de sus métodos,Francisco López ha entrado sin problemas en el mundo de las artes plásticas, a menudo sordas frente a la producción de otros artistas sonoros.No es de extrañar que en la teoría y producción artística de López, una vez superada la introducción pedagógica que antecede a toda intervención en directo del artista, no haya espacio para la discursividad tradicional.
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