Episodio 6. Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta

VASOS COMUNICANTES. Colección 1881-2021


DataValue
Titulo traducidoA Drunken Boat: Eclecticism, Institutionalism and Disobedience in the ‘80s
PublicaciónMadrid, MNCARS, 2021
Descripción físicaArchivo de video en formato Mp4 (ca. 8.50 min.)
IdiomaEspañol
Resumen
En la década de los ochenta, varias exposiciones conformaron las sensibilidades del momento. Rudi Fuchs, comisario de la Documenta de Kassel de 1982, contempló la posibilidad de titular dicha muestra El barco ebrio. Este poema de Arthur Rimbaud aludiría a la deriva de un arte que navega sin un rumbo fijo, al margen de las «guerras de estilo». Esta ausencia de hegemonías terminó por traducirse en un eclecticismo de las formas que definieron las prácticas artísticas de aquellos años....
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En la década de los ochenta, varias exposiciones conformaron las sensibilidades del momento. Rudi Fuchs, comisario de la Documenta de Kassel de 1982, contempló la posibilidad de titular dicha muestra El barco ebrio. Este poema de Arthur Rimbaud aludiría a la deriva de un arte que navega sin un rumbo fijo, al margen de las «guerras de estilo». Esta ausencia de hegemonías terminó por traducirse en un eclecticismo de las formas que definieron las prácticas artísticas de aquellos años. Una parte de la historiografía lo interpretó como un giro hacia valores conservadores, donde la ausencia de la historia y de la crítica, así como la recuperación del individualismo artístico, se correspondían con una realidad social y política dominada por la era Reagan-Thatcher.En España, la joven democracia impulsaba una institucionalización del arte que reemplazase las luchas sociales contra el franquismo. En este contexto, la creación de la feria ARCO o del Centro de Arte Reina Sofía se acompañó de una intensa política de exposiciones nacionales e internacionales, con el retorno a la pintura como lengua franca. Frente a este aparente conservadurismo, surgen una serie de prácticas de desobediencia que expresan su descontento con las instituciones y se enfrentan a crisis como la pandemia del sida. Un arte que apostará por actitudes postpunk, nuevas versiones del feminismo y de la subversión de los cuerpos.
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Resumen (inglés)In the 1980s, different exhibitions sculpted the sensibilities of the time. For the 1982 Documenta in Kassel, the curator Rudi Fuchs contemplated the possibility of titling the exhibition The Drunken Boat, after Arthur Rimbaud’s poem, in reference to an art drifting aimlessly, wandering outside of “style wars”. This absence of hegemonies would end up translating into an eclecticism of forms that defined artistic practices in that decade. Part of historiography interpreted it as a shift towards conservative values, where the absence of history and critique, as well as the recovery of artistic individualism, corresponded to a social and political reality dominated by the Reagan-Thatcher era. The fledgling democracy in Spain would drive an institutionalisation of art that replaced social struggles against Francoism, and within this context the creation of the ARCO Art Fair and the Centro de Arte Reina Sofía came with an intense policy of national and international exhibitions, and a return to painting as the lingua franca. Opposite this apparent conservatism, a series of practices of disobedience rose to the surface, expressing their discontent with institutions and facing crises such as the AIDS pandemic. An art that embraced post-punk attitudes, new versions of feminism and the subversion of bodies.
EtiquetasLa Colección
Presentación actual (2021-)Episodio 6. Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta
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