Sicalípticas, vanguardistas sin saberlo

Con la peor doble intención, 1907 - 1940


DataValue
PublicaciónJueves, 4 Marzo, 2021
IdiomaEspañol
RealizaciónGloria G. Durán (Universidad de Salamanca, USAL) y Miguel Molina-Alarcón (Universitat Politècnica de València)
Agradecimientos Rubén Coll, Belén Benito
Resumen
En la Edad de Plata las canciones se convirtieron en depositarias de todos los acontecimientos de la vida cotidiana. Para una sociedad, y sobre todo unas mujeres, con un índice de analfabetismo desmesurado, la mejor manera de saber y recordar lo que sucedía era la música. Las mujeres cantaban, memorizaban, declamaban, adaptaban y recordaban los cuplés de moda, las variedades selectas y la naciente copla. Y esa sabiduría generaba unas redes que tenían sus nodos en las calles, en los bares,...
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En la Edad de Plata las canciones se convirtieron en depositarias de todos los acontecimientos de la vida cotidiana. Para una sociedad, y sobre todo unas mujeres, con un índice de analfabetismo desmesurado, la mejor manera de saber y recordar lo que sucedía era la música. Las mujeres cantaban, memorizaban, declamaban, adaptaban y recordaban los cuplés de moda, las variedades selectas y la naciente copla. Y esa sabiduría generaba unas redes que tenían sus nodos en las calles, en los bares, las tabernas, tupis, restaurantes, teatros, salones y tascas. Todo ese conocimiento, esa memoria musical, no puede ser rastreada sino solo intuida o especulada. Es una memoria no escrita donde el archivo es el cuerpo.En esta playlist la sicalipsis brilla con su peor doble intención, más allá de la pura picaresca sexual esconde infinitas segundas intenciones morales, sociales o políticas. Está compuesta por canciones que llegaban a todas las capas de la sociedad, de los salones de los barrios burgueses, a las callejas de los barrios bajos. Canciones que, cual noticieros, daban cuenta de los nuevos oficios a los que podía acceder la mujer, pero también de los posibles modos de lanzarse al activismo para ampliar la imaginación política y lograr diputadas, presidentas y sindicalistas. Letras protagonizadas por mujeres al borde del colapso o mujeres torbellino deseosas de quemar las calles de la ciudad. Temas que nos hablan de un Ku-Kux-Klan de chicos finos ideales para el matrimonio junto a otros que conciben el casarse como “pura guasa” y donde las sicalípticas preferirían antes hacerse “bolchevikis”. Canciones de mujeres que querían ir a Chicago a aprender a bailar el fox trot frente a otras que se niegan a salir de un ladrillo para bailar un chotis eterno.Toda la constelación de cupletistas cantaron una historia no escrita de las mujeres españolas. Sus cuplés se amplificaron y resonaron de boca en boca en los rincones de todas las ciudades y pueblos españoles. Estos discos son una posible huella de nuestra memoria aural, un palimpsesto de sonidos, ruidos, músicas, palabras, letras y declamaciones que son no más una muestra de una memoria más amplia que ha compuesto nuestra historia que aún hemos de descubrir. Es un modo de volver a cantar la historia.Esta lista no es solo para escuchar, sino una invitación a cantar nuestra historia para inventarla de nuevo y así poder imaginarnos un futuro con la peor doble intención.
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Nota de lenguaEspañol
EtiquetasMúsica, Historia
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