Evgeny Morozov (Soligorsk, Bielorrusia, 1984) es un analista de los nuevos medios y una de las voces más críticas a la hora de evaluar el papel de Internet en las sociedades contemporáneas globales. El suyo es un posicionamiento distante del entusiasmo ciberutópico de Silicon Valley. Lejos de presentar a internet como el referente definitivo en cuanto a autonomía y libertad gracias a los valores de apertura, neutralidad y colaboración de los que supuestamente surge, Morozov se muestra cauto al tiempo que escéptico y considera que para que la tecnología digital pueda ayudarnos a organizar la sociedad de manera diferente, antes urge emprender una re-politización de nuestra relación con ella.Con motivo de su participación en el seminario de Seis contradicciones y el fin del presente esta cápsula recoge una conversación con Morozov que va más allá de la recurrente preocupación por la privacidad relativa al uso de las grandes plataformas digitales en línea. En la entrevista, el investigador bielorruso incide en la que considera la cuestión más acuciante en abordar, conocer las implicaciones que conlleva el control de la gestión del Big Data, esto es, aquella información personal recopilada a diario por las grandes compañías digitales. Información que si bien ha sido producida de manera colectiva, es en su mayoría tratada de manera opaca y alejada del común, siguiendo objetivos empresariales que la convierten en un cotizado activo, generador de riqueza y desigualdad social a partes iguales.Morozov advierte de las consecuencias de tratar la cuestión de las tecnologías de la información y la comunicación desde un ángulo puramente mercantil, ya que la creciente dependencia estructural hacia este sector por parte tanto de gobiernos como de ciudadanía, reducidos a meros consumidores, podría traer la consolidación del poder privado en detrimento de las instituciones democráticas, de por sí debilitadas en el actual contexto de crisis. El nuevo paisaje que se perfila se antoja poco esperanzador, un período de carácter neo-feudal en el que derechos y libertades tal vez pasen a ser servicios accesibles tan solo para quienes puedan costeárselos.
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