La obra Electronic sheep de Amy Globus (Nueva York, EE.UU., 1976) es una videoinstalación en loop, de cuatro horas y media de duración con apariencia de documental y recoge los movimientos de una pareja de crías de pulpo. Los dos animales se mueven a través de una angosta estructura, amoldan sus tentáculos y cabezas a los tubos, y logran transitar por su interior, como en un baile acuático. Los conductos dispuestos por Globus, llevan a diferentes cubas donde los pulpos pueden recobrar su forma original. De este modo, el incómodo tránsito por las estructuras tiene como final la recuperación de su entidad. La capacidad de adaptación de estos animales a lugares difíciles de habitar para los seres humanos, así como su incómodo paso por los tubos, que les obligan a contraerse y retorcerse, sirve a la artista como detonante de una reflexión sobre la dificultad de las relaciones y la soledad.
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