La tarea del paisaje es una reflexión sobre la construcción y composición pictórica de los elementos naturales en clave abstracta. Esta exposición se compone de doce pinturas de gran formato, realizadas con acrílico. Las formas sinuosas y el amplio cromatismo con cierto matiz apagado, caracterizan la obra del pintor argentino. Existe en todas ellas una cristalización de lo mutable, el deseo de fijar el acontecimiento natural, y al tiempo de descifrarlo, como si se tratara de una partitura. Las líneas serpenteantes que traza Corujeira se pueden interpretar en alusión a la caligrafía. No obstante, la legibilidad de los trazos no alude más que a lo azaroso, a desenvolverse pleno de libertad.
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