El trabajo fotográfico de Jessica Craig-Martin (Hanover, EE.UU., 1963) constituye una muestra iconográfica de la alta sociedad, principalmente norteamericana, fundamentada en la manifestación y exhibición del lujo como rasgo identificativo. En las treinta y dos fotografías que componen esta exposición se pone de relieve el contraste entre la imagen por sí misma y su contenido, dado que cada una encierra una denuncia implícita. Esta dicotomía se acentúa cuando se advierte cómo se armonizan el resultado estético de las composiciones fotográficas –dominadas por el color, los brillos y las texturas de los tejidos, joyas y el exceso de maquillaje– con el enlace de registros visuales, cuya intención es trastocar la imagen del lujo, para convertirla en imagen de la miseria y de la decadencia, moral, ética o física.
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