L'arbre vert (El árbol verde)

Jean Fautrier parte de una obra de carácter realista para elaborar después una pintura protagonizada por el trabajo de la materia considerada precursora del Art autre teorizado por el crítico francés Michel Tapié. Después de que la experiencia bélica pusiera las bases para un cambio radical en la definición de la vanguardia, este arte otro cuestionó la forma de representación tradicional reivindicando un nuevo campo de experimentación para la pintura. En este nuevo ámbito se rechaza el lenguaje icónico para dar prioridad a la materia, lo táctil y la huella del cuerpo humano, con ecos tanto de las imágenes de la barbarie como de las ideas del existencialismo filosófico y literario. Jean Fautrier recoge la angustia de la guerra –de la que había sido testigo durante la ocupación alemana de París– mediante una obra opaca, matérica y de rotunda presencia física, protagonizada por la densidad de lo que llamó «superficies construidas». El cromatismo apagado se combina con rudimentarias referencias a formas corporales y elementos de la naturaleza que quedan identificados con ellas (la silueta configura a la vez el árbol al que hace referencia el título y un busto humano desnudo). Así, Fautrier presenta una imagen que frustra intencionalmente las expectativas del espectador, cautivo en la dicotomía que produce el anuncio de un tema y la imposibilidad de su representación completa y reconocible.
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