Aire fresco

Una conversación con Gonzalo García-Pelayo


DataValue
PublicaciónJueves, 30 Mayo, 2019
IdiomaEspañol
RealizaciónRubén Coll
AgradecimientosJohan Posada
Resumen
A lo largo de más de cinco décadas Gonzalo García-Pelayo (Madrid, 1947) ha venido trabajando como hombre de música, cineasta y jugador profesional. Esta cápsula recoge una entrevista realizada con motivo de su participación en la jornada Raptos de la Imaginación, actividad vinculada a la exposición Poéticas de la democracia. Imágenes y contraimágenes de la Transición. Si en dicha actividad la intervención de García-Pelayo se centró en la primera etapa de su cinematografía...
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A lo largo de más de cinco décadas Gonzalo García-Pelayo (Madrid, 1947) ha venido trabajando como hombre de música, cineasta y jugador profesional. Esta cápsula recoge una entrevista realizada con motivo de su participación en la jornada Raptos de la Imaginación, actividad vinculada a la exposición Poéticas de la democracia. Imágenes y contraimágenes de la Transición. Si en dicha actividad la intervención de García-Pelayo se centró en la primera etapa de su cinematografía -Manuela (1975), Vivir en Sevilla (1978), Frente al mar (1979) y Corridas de alegría (1982)-, esta cápsula, sin obviar la importancia de esos films catárticos y generacionales, arranca con el relato del entrevistado como testigo de excepción de la emergencia de la contracultura en Sevilla a finales de los sesenta, gracias a la puesta en marcha del club Dom Gonzalo, punto de encuentro del incipiente underground local que tendría en el Manifiesto de lo Borde uno de sus principales exponentes. Un texto escrito por el mismo García-Pelayo en compañía de Julio Matito, bajista del grupo Smash, bajo la influencia del pintor Toto Estirado -artista presente en la exposición y en la colección permanente del Museo Reina Sofía-,  que lo convierten en un artefacto seminal por sentar las bases de la fusión entre rock y flamenco. Un inusitado mestizaje que reflejaba las consecuencias de la cercanía con la que cohabitaban los sonidos populares andaluces con los del rhythm and blues y la psicodelia anglosajona, sobre todo en enclaves próximos a la capital sevillana como Morón de la Frontera, donde la presencia de una base militar, cedida a los Estados Unidos desde 1953, haría que una figura del toque como Diego del Gastor terminase convertido en una suerte de gurú para los jóvenes destinados en la zona.Además, la cápsula también aborda la trayectoria de García-Pelayo en su faceta de productor y promotor musical, cuya prolífica labor tuvo como resultado la puesta en circulación de decenas de influyentes trabajos discográficos firmados por artistas como Gong, Triana, Lole y Manuel, Pau Riba, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Vainica Doble, los ya mencionados Smash, Burning, y muchos más. Buena parte de ellos hoy convertidos en referencias imprescindibles a la hora de abordar una sociología de la música popular en la España transicional de los setenta. 
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Nota de lenguaEspañol
EtiquetasColección, Historia, Música, Política
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