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Introducción: Breve historia de la colección
La primera presentación de la Colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia se inaugura el 10 de septiembre de 1992. Ocupa las galerías más nobles del hospital, diseño del arquitecto napolitano Francisco Sabatini y construido entre 1769 y 1788.
El origen y procedencia de la colección del Museo es diverso. En primer lugar, están los fondos del extinto Museo Español de Arte Contemporáneo de la Ciudad Universitaria de Madrid, que incluye obras procedentes de las Exposiciones Nacionales, entre las que están obras como Mujer en azul (1901) de Pablo Picasso, con la que se inicia el discurso expositivo, u obras relevantes como la pintura Adán y Eva (1932) de Rosario de Velasco.
Integran estos fondos conjuntos muy relevantes como el de pinturas de José Gutierrez Solana, las colecciones de esculturas de Julio González, con 38 obras donadas por Roberta González en 1973 entre las que está Masque de Montserrat criant (ca. 1938-39) o las seis esculturas de Pablo Gargallo adquiridas en 1934 a la viuda del artista.
En segundo lugar, se cuenta con una colección íntegra de obras del siglo XX que en ese momento conservaba el Museo Nacional del Prado, gracias a una cesión aprobada por el Real Patronato de ese Museo el 19 de mayo de 1992. A este conjunto pertenece Guernica y todo el Legado Picasso, el Legado Miró y el Legado Douglas Cooper, con obras fundamentales como Les oiseaux morts, 1912 de Pablo Picasso, entre otras.
En tercer lugar, se cuenta con las obras de arte adquiridas por el propio Museo Reina Sofía desde su gestación con la creación de la Comisión Asesora para el desarrollo del programa Centro de Arte Reina Sofía. Entre estos fondos están obras como el Retrato de Luis Buñuel (1935) de Salvador Dalí o la escultura monumental Carmen (1974) de Alexander Calder, que se instalaría en el patio ajardinado. A estas adquisiciones también se añaden diversas donaciones directas, como las obras de Le Corbusier, el legado Salvador Dalí o el Monument aux espagnols morts pour la France de Pablo Picasso, donado por el gobierno francés en 28 noviembre de 1988.
Por último, hay que señalar que la presentación de la Colección se enriquece para su presentación con varios depósitos temporales de instituciones y particulares.

La presentación
El diseño del primer montaje de la colección, en el que el mural de Picasso se presentaba detrás de un cristal blindado, al igual que había estado en el Casón del Buen Retiro se debe a la directora del Museo, Maria Corral López Dóriga y contó con la colaboración del profesor Eugenio Carmona y el pintor J. Hernández Pijoan en el diseño museográfico. Se trata de una apuesta que busca sacar el máximo de la naturaleza de los fondos, por lo que se diseña su contenido con dos variables, primero con una ordenación histórico-cronológica en cuanto al recorrido por las cinco primeras décadas del siglo, y en segundo lugar siguiendo un criterio más libre en la presentación de las obras más contemporáneas, que incluyen diálogos y correspondencias, en ocasiones, con obras de los clásicos.
El recorrido cronológico presenta a lo largo de las salas 1 a 9 una evolución del arte moderno basada en los artistas españoles. Se considera la idea de Modernidad y de Vanguardia lo que permite incluir en el concepto los nuevos clasicismos y los realismos de los años 20 y 30, así como la obra singular de José Gutierrez Solana, con sala monográfica, junto a los espacio dedicados al Cubismo y al Surrealismo, los movimientos modernos en los que los artistas españoles son más relevantes, con espacios colindantes con el núcleo fundamental dedicado a Guernica, sus dibujos preparatorios y los postcriptos, que en esta primera presentación ya ocupan las galerías centrales de la crujía sur.
El arte de postguerra y las dos tendencias de la abstracción ocupan también un espacio significativo a partir salas 10 hasta la 14, con un desarrollo cronológico y estilístico. Tras una heterogénea sala dedicada a la pintura de los años cuarenta, dos salas tienen como principal nexo la abstracción informalista. La primera agrupa a los integrantes del grupo El Paso, con individualidades relevantes como Antoni Tàpies, Eduardo Chillida, Gustavo Torner o Lucio Muñoz. Mientras que una segunda sala agrupa a los artistas que tuvieron trayectorias más singulares e internacionales como Fernando Zóbel, José Guerrero o Esteban Vicente.
El tercer espacio, con el título Arte Constructivo, se dedica a los artistas españoles más significativos de la abstracción geométrica, Jorge Oteiza, Equipo 57, Eusebio Sempere y Pablo Palazuelo, y conceptos y poéticas muy diversas.
La última parte de la colección, con el título de Propuestas, se piensa como un espacio liberado de la necesidad de «registrar una continuidad histórica» para ofrecer «elementos de reflexión que conservaran su misterio y su singularidad propios» en palabras de María de Corral.
De este modo, además de las salas monográficas que permiten logradas inmersiones en las poéticas particulares de artistas veteranos y coetáneos, otras salas hacen apuestas más imaginativas y muestran las obras de madurez de artistas como Picasso, Tàpies y Jesús Rafael Soto, en diálogo con otros artistas como Matta o Tony Cragg, Barnett Newman o Anish Kapoor para el segundo y Ellword Kelly en el último caso,
Las características de esta primera presentación de la Colección son, además de la combinación del punto de vista historicista con un recorrido más liberado, la explotación de todo el potencial espacial y museográfico de la magnífica arquitectura.
La presentación primera del museo marca también una de las constantes de las ordenaciones futuras y que María de Corral explica así en su texto de presentación: «Una colección que queremos conserve la historia de la cultura nacional en el contexto de la cultura internacional».