Fuera de nuestro país, las reivindicaciones feministas surgidas a mediados de los años sesenta fueron recogidas dentro del mundo del cómic por algunas autoras, muchas de ellas vinculadas a movimientos underground y a los canales alternativos de edición y distribución. Como señala Ana Merino, la historia del underground femenino en Estados Unidos ha quedado relegada a un segundo plano dentro de la historia general del comix underground. No obstante, comenzaron su carrera en este momento autoras tan destacadas como Trina Robbins (1938), Diane Noomin (1947-2022), Aline Kominsky-Crumb (1948-2022), Roberta Gregory (1953) o Doris Seda (1951-1988). La primera antología de comix underground hecha por mujeres It Aint Me Babe se publicó en 1972 y ese mismo año Joyce Farmer (1938) y Lyn Chevly (1931-2016) autoeditaron el primer fascículo de Tits ‘n’ Clits que se publicó durante quince años más. Tres semanas más tarde apareció Wimmens’ commix (editado de forma irregular hasta 1992).
Abortion Eve (1973) de Joyce Farmer y Lyn Chevly (publicado bajo los seudónimos de Joyce Sutton y Chin Lyvely) es un relato gráfico, basado en testimonios reales, sobre la compleja situación de varias mujeres y las circunstancias que rodearon su decisión de abordar. Constituye un hito singular del cómic estadounidense.
“Hecho por y para mujeres” fue el eslogan de la revista francesa Ah Nana! (9 números publicados entre 1976-1978) con historietas de, entre otras muchas, Chantal Montellier (1947), Nicole Claveloux (1940) o Keleck (1946-2002). Algunos números incluían fotonovelas -género muy leído en la época por el público femenino- aunque con temáticas menos pueriles (por ejemplo, historias visuales realizadas a partir de fotogramas de películas de Agnès Varda).
Heroine (1978) fue el primer cómic realizado por mujeres en Inglaterra y estaba vinculado al Art Lab Press de la ciudad de Birmingham. Reproducía viñetas de autoras tales como Suzy Varty o Jo Nesbitt. Sourcream fue una cabecera editada entre 1979 y 1982 por Sheba Feminist Publishers.
Pese a los diferentes contextos sociales, las temáticas abordadas en todos estos cómics son las mismas que tratarán las autoras españolas: la sexualidad femenina en toda su diversidad (en 1974 Wimmens’ Comix publicó una historieta de Roberta Gregory de temática lesbiana que tal vez sea la primera editada), la reproducción y el aborto, la violación y todas las formas de violencia sufridas por las mujeres, experiencias autobiográficas (tan relevantes en el desarrollo del cómic posterior) junto a temas muy propios de la época como pueden ser la psicodelia, la música y las drogas.