Un recorrido de Mela Dávila
En 1980, la crítica de arte y artista Lucy Lippard comisarió una exposición de libros de artista en la galería A.I.R., en Nueva York, titulada Speaking Volumes: Women Artists’ Books, y formada por unas ciento cincuenta publicaciones de un centenar de artistas diferentes, todas ellas mujeres. Transcurrido casi medio siglo desde entonces, esta exposición apenas se recuerda, e igualmente parecen haber desaparecido de la historiografía oficial la gran mayoría de los libros, carteles, postales y otras obras impresas realizadas por aquellas mujeres artistas, y por muchas otras de su generación y posteriores.
Obras
Prueba de este olvido son las grandes lagunas que aún denotan las colecciones, bibliotecas y archivos españoles en este ámbito. En España, además, estas carencias no solo se explican por la cuestión de la infrarrepresentación de las mujeres en el «canon del arte» contemporáneo, que es de carácter general, sino también, en el caso de las publicaciones de artista, por una circunstancia particular: en este país, el interés por este tipo de formatos se despertó relativamente tarde.
De hecho, no fue hasta principios de los años 2000 cuando los museos españoles comenzaron a incluir soportes impresos en sus colecciones, bibliotecas y archivos, aunque dichos soportes venían siendo habituales en las prácticas artísticas contemporáneas desde la década de 1960.
A fin de ayudar a paliar, al menos en parte, estos olvidos, así como el desconocimiento sobre el trabajo de las mujeres con los formatos impresos, Volúmenes que hablan – cuyo título se inspira, adaptándolo, en el de la histórica exposición de Lucy Lippard – propone un recorrido por una selección de publicaciones de todo tipo —libros de artista, pero también material efímero, fotolibros y otros formatos—, creadas a lo largo de cuarenta años por mujeres artistas y pertenecientes a los fondos del Centro de Documentación del Museo Reina Sofía.
Esta selección es enormemente variada en cuanto a temas, planteamientos intelectuales, dinámicas creativas y lenguajes formales, puesto que su objetivo no radica en destacar los rasgos comunes de estas obras. Más bien, se trata de otorgar visibilidad al trabajo de las numerosas mujeres cuyos ejercicios de experimentación editorial han sido y siguen siendo consistentes y originales, pero a menudo, sin embargo, a menudo se pasan por alto, se minimiza o se ignoran por completo.