Cruz-Díez es de esos artistas que pasan la vida entera trabajando en una misma dirección, ahondando más y más en algunas intuiciones básicas y, a riesgo de parecer repetitivo, buscando la manera de acercarse, lo más posible, a los ideales que lo guían. Es a ese precio que se consiguen a menudo las soluciones plásticas más sutiles, luego de múltiples trabajos infructuosos, tras largas series donde un autor parece atrapado, ya definitivamente, en las redes del estilo.
Obras
Durante más de medio siglo, Cruz-Diez buscó acercarse al ideal de una obra que pusiera en juego el color luz -y no solo el pigmento- “liberado” de toda atadura formal y material, y en ese intentó mantuvo una querella constante contra la técnica, la forma y el estilo, a veces sin éxito, otras sin duda magistralmente superada. Lo interesante es que, mientras eso sucedía en el ámbito de su producción pictórica, gran parte de su tiempo la pasó también trabajando la forma; buscando la manera más eficaz de diseñar un libro, un cártel, un logotipo, en ese equilibrio.

Durante más de medio siglo, Cruz-Diez buscó acercarse al ideal de una obra que pusiera en juego el color luz -y no solo el pigmento- “liberado” de toda atadura formal y material, y en ese intentó mantuvo una querella constante contra la técnica, la forma y el estilo, a veces sin éxito, otras sin duda magistralmente superada. Lo interesante es que, mientras eso sucedía en el ámbito de su producción pictórica, gran parte de su tiempo la pasó también trabajando la forma; buscando la manera más eficaz de diseñar un libro, un cártel, un logotipo, en ese equilibrio siempre difícil ente la forma gráfica y el contenido que debía vehicularse de manera evidente, legible con facilidad para los ciudadanos ajetreados de nuestras grandes urbes. Durante más de medio siglo, Cruz-Diez buscó acercarse al ideal de una obra que pusiera en juego el color luz -y no solo el pigmento- “liberado” de toda atadura formal y material, y en ese intentó mantuvo una querella constante contra la técnica, la forma y el estilo, a veces sin éxito, otras sin duda magistralmente superad.
Lo interesante es que, mientras eso sucedía en el ámbito de su producción pictórica, gran parte de su tiempo la pasó también trabajando la forma; buscando la manera más eficaz de diseñar un libro, un cártel, un logotipo, en ese equilibrio siempre difícil ente la forma gráfica y el contenido que debía vehicularse de manera evidente, legible con facilidad para los ciudadanos ajetreados de nuestras grandes urbes. Durante más de medio siglo, Cruz-Diez buscó acercarse al ideal de una obra que pusiera en juego el color luz -y no solo el pigmento- “liberado” de toda atadura formal y material, y en ese intentó mantuvo una querella constante contra la técnica, la forma y el estilo, a veces sin éxito, otras sin duda magistralmente superada.
Lo interesante es que, mientras eso sucedía en el ámbito de su producción pictórica, gran parte de su tiempo la pasó también trabajando la forma; buscando la manera más eficaz de diseñar un libro, un cártel, un logotipo, en ese equilibrio siempre difícil ente la forma gráfica y el contenido que debía vehicularse de manera evidente, legible con facilidad para los ciudadanos ajetreados de nuestras grandes urbes. Durante más de medio siglo, Cruz-Diez buscó acercarse al ideal de una obra que pusiera en juego el color luz -y no solo el pigmento- “liberado” de toda atadura formal y material, y en ese intentó mantuvo una querella constante contra la técnica, la forma y el estilo, a veces sin éxito, otras sin duda magistralmente superada.
Lo interesante es que, mientras eso sucedía en el ámbito de su producción pictórica, gran parte de su tiempo la pasó también trabajando la forma; buscando la manera más eficaz de diseñar un libro, un cártel, un logotipo, en ese equilibrio siempre difícil ente la forma gráfica y el contenido que debía vehicularse de manera evidente, legible con facilidad para los ciudadanos ajetreados de nuestras grandes urbes. Durante más de medio siglo, Cruz-Diez buscó acercarse al ideal de una obra que pusiera en juego el color luz -y no solo el pigmento- “liberado” de toda atadura formal y material, y en ese intentó mantuvo una querella constante contra la técnica, la forma y el estilo, a veces sin éxito, otras sin duda magistralmente superada.
Lo interesante es que, mientras eso sucedía en el ámbito de su producción pictórica, gran parte de su tiempo la pasó también trabajando la forma; buscando la manera más eficaz de diseñar un libro, un cártel, un logotipo, en ese equilibrio siempre difícil ente la forma gráfica y el contenido que debía vehicularse de manera evidente, legible con facilidad para los ciudadanos ajetreados de nuestras grandes urbes. Durante más de medio siglo, Cruz-Diez buscó acercarse al ideal de una obra que pusiera en juego el color luz -y no solo el pigmento- “liberado” de toda atadura formal y material, y en ese intentó mantuvo una querella constante contra la técnica, la forma y el estilo, a veces sin éxito, otras sin duda magistralmente superada.
Audio text
gfdgfdg hghgfhùmlùlù

test1
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua. Ut enim ad minim veniam, quis nostrud exercitation ullamco laboris nisi ut aliquip ex ea commodo consequat. Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eu fugiat nulla pariatur. Excepteur sint occaecat cupidatat non proident, sunt in culpa qui officia deserunt mollit anim id est laborum

test2
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua. Ut enim ad minim veniam, quis nostrud exercitation ullamco laboris nisi ut aliquip ex ea commodo consequat. Duis aute irure dolor in reprehenderit in voluptate velit esse cillum dolore eu fugiat nulla pariatur. Excepteur sint occaecat cupidatat non proident, sunt in culpa qui officia deserunt mollit anim id est laborum