Con h minúscula da título a una muestra documental y un ciclo de cine que se complementan y amplifican mutuamente. La política —los frutos del tiempo discontinuo de luchas, revueltas y revoluciones— es la materia filmada o documentada, no su tema. Es lo que se ve, se oye y se lee. La gente se vuelve poeta cuando se vuelve revolucionaria. Y hace frases. Y juega con las palabras. Muchas quedan rápidamente obsoletas con respecto al momento que se está viviendo, por lo que hay que alterarlas para que no dejen de nombrar y también para que se cumplan nuestros deseos, como en un conjuro. Sustantivos de apariencia unívoca como “democracia” o “lujo” ganan nuevos sentidos al ser adjetivados: “democracia real” o “lujo comunal”. El poetizar revolucionario, el ejercicio de unir las palabras a los actos y viceversa, es siempre público. Todas las frases recogidas en esta muestra documental fueron públicas en su momento. Las encontramos en hojas volanderas, en boletines y páginas de periódicos, en bandos y carteles, en pancartas que se llevaron a pulso durante horas, que se ataron a los árboles o a las farolas. En esta muestra las hemos dispuesto en círculo junto a imágenes y sonidos. La excusa de las efemérides —en 2021 se han cumplido ciento cincuenta años de la Comuna de París y diez del movimiento 15M— ha valido para hacer saltar de los archivos materiales preciosos que invitan a descubrir una historia otra, protagonizada por personas anónimas o desconocidas. Una historia con h minúscula mejor que una contrahistoria, porque no se trata solo de ir a la contra, sino de afirmar absolutamente otra forma de vivir.
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