La percepción efectiva de aquel que contempla es una de las preocupaciones presentes en la obra de Weiner. A esta instalación en el Palacio de Cristal, le acompañan las intervenciones en la estatua del Ángel Caído del Parque del Retiro y en la Biblioteca del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Weiner desea proponer con esta distribución en varios espacios un recorrido por la ciudad, al igual que la mirada recorre las palabras que conforman sus obras. En este proyecto, creado específicamente para la ocasión, Weiner utiliza el lenguaje como modo de escultura pública, erigiendo nuevos espacios para la reflexión sobre el arte. El significado de las palabras empleadas, la gramática y los signos de puntuación se unen a las características de los soportes –entre los que se encuentran: la tipografía, cuerpo de la letra, color o la disposición gráfica– para constituir el componente escultórico.
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